En la clínica médica homeopática, observamos durante el recorrido
de un tratamiento, el desandar de las enfermedades y sufrimientos profundos de los pacientes, los que suelen relatar que durante este proceso, lograron poner en marcha un cambio de actitud vital en sus vidas y del sin sentido de las mismas, las transformaron en un proyecto con-sentido.
La palabra sentido siempre me quedó resonando y generándome algunas inquietudes en el concierto del dolor humano. Y para poner un poco de luz en el tema, acudí a aquellos seres sensibles como los filósofos, que nos suelen sacar de encima hasta nuestras propias sombras.
Es por eso que recurrí en esta ocasión, al libro “La historia de la mirada”, cuyo autor es un pintor y filosofo argentino llamado Eduardo del Estal, quien dice “que el significado sin movimiento se convierte en sentido. El sentido se presenta, en cambio el significado se representa. El sentido es el excedente que el lenguaje (signo) no puede significar.
El sentido es lo que hace que, en cada existente, coincidan en un mismo punto, su origen y su fin, y el sentido solo es posible porque el modelo está incompleto, agujerado por el vacío de su ausencia.
De la tensión entre la voluntad de representar y la voluntad de ocultar su grieta, resulta la determinación de su forma como un nudo, donde afuera (lo vacío) está incrustado en el adentro. Ese espacio lógico actúa como un atractor que lo conforma, lo dinamiza y permite las maniobras del pensamiento.
La preservación del sentido depende de lo oculto y este ocultamiento genera la vida porque de lo negado, emana el deseo.
Por su naturaleza, el sentido debe estar oscurecido y su imagen negada porque su manifestación ocuparía la totalidad de lo visible, obturando la posibilidad de ver”
Nunca, en mis años de médico, vi describir a un filósofo, con tanta claridad y belleza, el tema del sentido, que se encuentra tan presente en nuestra clínica médica homeopática como consecuencia del tratamiento...