Dardo Caciccio es el papá de dos hermanitas gemelas tucumanas
de ocho meses de vida, que a principios de mayo pasado se enfermaron de bronquiolitis. Zamira se curó, pero la salud de Guadalupe empeoró.
A partir de ahí, la familia comenzó a vivir un historia caratulada de milagro. Caciccio relató ante los medios periodísticos lo que vivieron estos últimos meses: "A causa de la bronquiolitis, a Guadalupe se le produjo una perforación de intestino y debió ser intervenida en dos oportunidades. Sufrió tres paros cardíacos. Los médicos nos mandaron a los psicólogos porque le daban pocas horas de vida”.
El papá de las gemelas, además, contó que por esas cosas del destino, el día de su cumpleaños vio en Internet una noticia de una enfermera que había puesto juntas a dos gemelas, en contra de la voluntad de las autoridades del hospital, en una situación similar y eso les salvó la vida.
A partir de allí, la idea se trasladó al hospital argentino. "El remedio era llevarla a Zamira junto a su hermana. Desnudarla para que la sintiera piel a piel como en el vientre. Después de estar dos meses inconsciente, a los 15 minutos, adelante de los médicos, Guadalupe abrió los ojos”, aseguró.
El papá destacó que hoy Guadalupe “está evolucionando bien”. “Pasó de estar en estado vegetativo, conectada a máquinas complejas a tener sólo una sonda nasogástrica para comer”, finalizó.
A partir de esta historia mi pregunta es por qué hemos desvirtuado nuestra profesión médica para dejar de hacer clínica, y sea un padre en este caso o una enfermera la que entienda de qué se trata el tema de las gemelas prematuras, que durante tantos meses crecieron juntas, y que todavía no están preparadas para separarse. Sabemos que cuando nacen gemelos prematuros, deben permanecer juntos hasta que de uno, puedan ser dos, que es el momento madurativo apropiado para la separación, muy especialmente cuando desarrollan alguna patología al nacer.
En Medicina Homeopática podemos pensar en el medicamento Hydrogenium, cuya característica es no sentir la separación entre él y los otros, de la misma manera que lo experimenta el feto (caso gemelas prematuras).
El administrar esta sustancia homeopatizada para el caso descripto, no reemplaza la acción que sugirió su padre, ya que esto corresponde a una parte de nuestro arte médico.
En muchas oportunidades, el sentido común que usamos los médicos es el menos común de los sentidos, ya que descartamos las cuestiones biológicas que tienen que ver con el amor. Recuperar el arte de la medicina, es reinstalar el lugar de la clínica, que amerita los tiempos venideros.