En el año 1997 el escritor y filósofo francés Jean Baudrillard escribió, a mi entender, un brillante libro llamado “Pantalla Total”, en el que sostenía que la excesiva proximidad del acontecimiento y su difusión en tiempo real crea una inderterminabilidad, una virtualidad del acontecimiento que le quita su dimensión histórica y lo sustrae de la memoria.
En la medicina actual hay exceso de luz que deja de lado las sombras, tal vez por un exceso de proximidad con el suceso y desvirtúa entonces el equilibrio vital.
Es muy factible que este tiempo real en los acontecimientos del lenguaje en red, que carece de símbolos, transforme nuestros cuerpos, que ya no son afectados como forma sino como fórmulas.
Hoy, la medicina clásica, por ejemplo, habla del cuerpo del cáncer como una víctima del desarreglo de su fórmula genética; en el caso del sida, el cuerpo es afectado en sus redes inmunitarias, en sus redes de control y de anticuerpos.
Estas nuevas patologías son las enfermedades de un cuerpo codificado y modelado, son enfermedades del código y del modelo. Posiblemente en este sentido, podríamos comprenderla a partir del lenguaje en red, que es un lenguaje desimbolizado como todo lenguaje maquínico.
Sin embargo para poder entender todo esto, que funciona como una pantalla total, voy a recurrir al cantautor argentino León Gieco en su trabajo “Memoria” que dice que “la memoria es sueño de la vida y de la historia y que todo está cargado en ella, todo está clavado en la memoria como refugio de la vida y de la historia”. Es muy posible que en las enfermedades, la memoria evolutiva sea la encargada de poner en marcha los mecanismos de reparación observables en un primer momento que tienen estos cuerpos fragmentados por la proximidad de los acontecimientos.
“Todo está clavado en la memoria, espina de la vida y la historia, la memoria pincha hasta sangrar” (León Gieco). Recurro a esta metáfora, ya que tendrá que reaparecer lo histórico, lo que muchas veces tiene el rango de estigma, para que las sombras otra vez vuelvan a tener sentido, en estos cuerpos enfermos y fragmentados por imágenes hiperpresentes.
La medicina homeopática permite recuperar las sombras de esos cuerpos, dar el sentido a lo histórico y permitir el pasaje de la exclusión a la inclusión, como una operatoria de transformación y desandar el camino que Baudrillard dio en llamar pantalla total.