Un Nuevo Enfoque Sobre El Cáncer
He recibido algunos mails en los que me solicitan que hable del paciente diagnosticado con cáncer. Con todo gusto me iré metiendo con estas historias, muchas veces tan oscuras, con el intento de poner alguna claridad. El presente trabajo no pretende enfrentar los diferentes enfoques de la medicina actual, sino sumar nuevos aportes, dando prioridad a la mejor calidad de vida de los pacientes que padecen esta enfermedad.
El Dr. Linus Pauling, dos veces ganador del Premio Nobel, escribió que la guerra contra el cáncer es un gran fraude. El fallecido Dr. Hardin Jones de la Universidad de California Berkley, después de analizar cuidadosamente las estadísticas de supervivencia durante 25 años, dijo en el Congreso de la Sociedad Americana de Cáncer que los pacientes que no reciben el tratamiento convencional (quimioterapia, radioterapia), no mueren antes que los pacientes que reciben tratamiento convencional y en muchos casos, viven más tiempo. Muchas investigaciones posteriores apoyan esta conclusión.
En realidad creo que el cáncer es una enfermedad en donde la medicina en general no ha tenido éxito y es muy posible que el fracaso se deba a no poder entender algunas cuestiones en las cuales me voy a explayar.
Para empezar busqué el significado etimológico en el diccionario de Corominas de la palabra tumor y deriva de hinchazón en orgullo. Les pido que me sigan en esta idea, ya que esta herida, es de algo profundo. Un órgano cualquiera, ante la agresión, pareciera responder con hinchazón; orgullo, daría la sensación de que se produciese una herida narcisista. Sin embargo, esto no es así ya que es una respuesta biológica de un programa especial significativo que se pone en marcha cuando a una persona le sucede un hecho traumático vivido en soledad y lo toma sin poder verbalizar lo sucedido. Durante muchos años, cuando este tipo de situación sucedía, se creía que era un conflicto psíquico, o sea un conflicto entre dos entidades psíquicas, como tan brillantemente lo describió Freud en su primera o en la segunda Tópica. No estamos hablando de conflicto psíquico en este caso. Es un conflicto biológico porque representa el cruce de una necesidad biológica y su insatisfacción, entendiendo por necesidad biológica: alimentación, reproducción, etc.
Esta comprobación es revolucionaria porque muestra que el término psicosomático es incorrecto ya que cuando se produce un conflicto biológico, psique, cerebro y órgano se presentan en una repercusión simultánea. Es muy factible que cuando el órgano hace un tumor, sea una manera de sobrevida que tenemos ante un trauma de tanta magnitud, y que de acuerdo al órgano comprometido este en juego, habrá un correlato con el desarrollo embriológico del mismo. Para que se entienda bien esto, sabemos que de la unión del óvulo y el espermatozoide surge el embrión que está compuesto por tres capas que son: el ectodermo, la más externa; el endodermo, la más interna y el mesodermo, la media. Por lo tanto, podríamos pensar que si el órgano deriva de la capa endodérmica, el conflicto estará en relación a una respuesta antigua, más primitiva; si el órgano es derivado de la capa mesodérmica, el tipo de respuesta es moderna o contemporánea y si el órgano deriva de la capa ectodérmica, la respuesta tendría que ver con conflictos en donde se pone en juego la comunicación, o sea el aquí y ahora. Cada capa tiene una conexión con una parte del cerebro en especial. Por ejemplo, los órganos del endodermo dependen del tronco cerebral, que a su vez pareciera tener la información filo y ontogenética de la especie. Hay varias teorías que abonan esta idea.
Este fue un descubrimiento del Dr. Hamer, quien descubrió esta correlación embriológica por un lado, y por otro, su repercusión cerebral dejando una huella, que en una tomografía computada de cerebro sin contraste, muestra una imagen en diana de un doble círculo.
Es posible, para poder ejemplificar este nuevo modelo de psique, cerebro y órgano analogarlo con una computadora en donde el cerebro es el disco duro, la psique es el programador y el órgano es la máquina, pero a su vez se complica este modelo, ya que cada órgano tiene un disco duro independiente.
Esta nueva visión del Dr. Hamer suma al conocimiento que tenemos los médicos homeópatas a partir de la doctrina homeopática escrita y sustentada por el Dr Hahnemann hace mas de 200 años. El mismo Hahnemann hablaba en su Organon de la medicina, que el sufrimiento de un paciente estaba inscripto en la totalidad y la respuesta ante una situación de desequilibrio no es de una parte, sino de ese todo que es mucho más que la suma de las partes.
Para tratar de poner un poco de luz a todo esto voy a pasar a relatar una historia clínica. En el año 1994 me consulta Giorgio, una persona de 60 años de edad, de profesión publicista, quien trabajaba en una revista de nuestro medio hacía más de 25 años. Casado, con tres hijos y una excelente relación familiar.
Giorgio acude a mi consulta derivado por su médico, con un diagnóstico de Leucemia Mieloide Aguda. Le pido que me cuente cómo empezó todo este episodio y me dice: “Hace unos meses comencé con mucho cansancio, sueño y una necesidad de dormir casi todo el día. Mi esposa, asustada, me pidió que hiciera una consulta médica y contra mi voluntad la hice.”
Le pregunté si había sucedido algo con su trabajo o su familia con anterioridad o algún episodio importante, de tres a seis meses ante que se le presentaron los síntomas, y es ahí donde me comenta que hacía 5 meses atrás lo habían despedido del trabajo sin mediar un aviso previo y sin poder verbalizar la bronca que sentía y sobretodo, la desvalorización que sintió a partir de ver su imposibilidad de seguir proveyendo de bienestar a su familia como hasta entonces lo había hecho.
En este paciente se pudo observar que el medicamento homeopático que cubría la totalidad era natrum sulphuricum, que tiene en su expresión de su sufrimiento más profunda, la Desvalorización afectiva que tan bien fue descripta en el libro del profesor Dr Eduardo Imventarza. La prescripción del mismo permitió una muy buena evolución de este paciente y una pronta recuperación.
Esta nueva comprensión del sufrimiento humano nos permite ejercer una medicina homeopática que tiende a la integración de varios aspectos de la ciencia y en donde el término psicosomático ya no tiene la jerarquía que se le dio oportunamente y sí rescata el término biológico que sí toma en cuenta la psique, el cerebro y el órgano como además, la evolución del hombre en un mismo circuito de espacio y tiempo.
Pues entonces, tal vez esta nueva comprensión nos permita inclusive trabajar interdisciplinariamente, sin seccionar al ser humano, que cada vez más, necesita pasar de un modelo de exclusión a un modelo de inclusión en donde la enfermedad cobre un sentido que tenga en cuenta sus espacios, sus tiempos. La evolución del hombre lo lleva implícito en su genoma eminentemente humano y su comprensión implicará para el hombre, su curación y su sanación.