Colitis Ulcerosa
Se la conoce como una enfermedad inflamatoria de la pared inferior del colon y el recto. La sintomatología que presenta el paciente es una diarrea con sangre en ocasiones, de manera intermitente y con dolor abdominal.
El diagnóstico se realiza con una endoscopía digestiva baja. Es frecuente en personas de hasta 40 años.
Hagamos un recorrido a través de esta historia. Hace unos años atendí a Juan, un hombre de 42 años, casado, con 3 hijos. Era un empresario exitoso, aunque durante el último tiempo, sus negocios no venían bien como él hubiese querido. Fue derivado por su médico gastroenterólogo en enero 2011.
En la consulta me relata que su enfermedad comienza a partir del divorcio de sus padres, quienes deciden separarse a pesar de tener una edad avanzada. “Mire doctor, mi padre, a pesar de su edad, se fue a vivir con una mujer, con la que mantenía una relación intima desde hace muchos años y para mí esta situación fue difícil de aceptar. Yo siempre me enojé con mi madre ya que ella miraba para otro lado.”
“Siempre fui una persona autónoma, reservada, jamás toleré que me dieran órdenes, por eso fundé y administré mi propia empresa desde muy joven. Si bien es cierto que me cuesta adecuarme a los cambios que el mercado demanda en la actualidad, yo aprovecho este momento y pude hacer un viraje de tipo espiritual en mi vida.”
Debo confesar que me conmovía el modo en que Juan hablaba profundamente de su personalidad, describía perfectamente todo el cuadro de su motivo de consulta, con detalles. Para poder acceder a conocerlo un poco mejor, le pedí primero que me contara si tenía amigos y me comentó que pocos, pero buenos, a pesar de que no se veían tanto. Es entonces le dije: “si su amigo X me hablara de su personalidad, qué me estaría contando.” “Bueno, él le diría que soy un empresario exitoso, un poco cínico, sarcástico, egoísta, un tanto nostálgico, que jamás hablo de lo que siento, muy cerrado, y en algunas ocasiones, un poco corrupto con el dinero, ya que cuando tengo un negocio entre manos no mido las consecuencias para llevarlo adelante.”
Seguimos con la entrevista. No recordaba sueños, pero sí tenía una sensación que lo acompañaba a lo largo de toda su vida, de una escena, como de haberla vivido antes (dejà vù).
Entre los síntomas generales, le gustaba todo tipo de comidas, inclusive las bien elaboradas, tomaba líquido normalmente y no le gustaba el queso.
Siempre fue friolento y durante su juventud, hasta más o menos un año después de haberse casado, tuvo cefaleas que desaparecieron solas. También solía tener micosis interdigitales en los pies.
El diagnóstico de su enfermedad había sido determinado mediante endoscopía digestiva baja y no había dudas del mismo, según lo que había mandado en la abreviada historia clínica, su médico gastroenterólogo.
Esta síntesis de historia clínica me llevó a considerar que la vivencia que tuvo Juan, a partir de la separación de sus padres, es la de una acción vil, baja y de poca nobleza por parte del padre, quien durante muchos años había mantenido una relación paralela con otra mujer y a esta situación, el paciente, no la había podido metabolizar dentro de su conciencia. Pero también se observa en él, que luego de unos años, su actividad laboral no le permitía disfrutar y crear como en otros momentos había logrado. No obstante haber elegido un camino espiritual, parecía no encontrar el rumbo en lo laboral, que muchas veces representa en la persona, su identidad. Así era con Juan.
Cuando le pregunto de qué lugar de Europa provenían sus abuelos, me dijo Estocolmo, y que sus padres habían regresado pero a él nunca le había interesado conocer ese lugar.
Durante las tres primeras consultas fui administrando varios medicamentos, sin ningún resultado. La situación clínica no mejoraba y Juan volvía a la consulta, con desilusión.
Hasta que en el cuarto encuentro, a los seis meses de haber comenzado el tratamiento, le pido que me vuelva a contar su historia como si yo no lo conociera. Este tipo de estrategia, útil en los casos en los que no se han obtenido resultados positivos, permitió que Juan expresara episodios de su vida que no había relatado previamente.
Lo que sí aparecía en su discurso, repetitivamente, eran las palabras “cinismo, sarcasmo, amargura”. Junto con estos elementos tomo su aversión al queso y decido prescribir Holmium Oxydatum, una monodosis.
Su evolución fue muy buena ya que en un mes desaparecieron sus dolores abdominales, junto con esa pérdida de sangre observada en las heces y volvió una cefalea que lo había acompañado mucho tiempo de su vida, la que duró 10 días y desapareció.
Luego de la siguiente consulta, tres meses más tarde, sus cambios eran muy notorios. Había decidido vender la empresa que había fundado hacía muchos años y se lo veía alegre y con un cambio de actitud vital. Esta vez, en sus relatos incluyó a su mujer y a los hijos, que en las anteriores visitas, pasaban desapercibidos. Decido aumentar la potencia de la medicación administrada.
Nos volvemos a encontrar tres meses después y constato la desaparición total del cuadro clínico que originó el motivo de consulta. Lo nuevo es que creó un emprendiendo, muy creativo, que tiene que ver con su actual transformación. Su vida espiritual se profundizó aún más. Un año después de esta consulta el paciente sigue muy bien.
Mientras escribía este trabajo me encontré con un libro que hablaba de los orígenes de los elementos de la tabla periódica, escrito por Hugh Aldersey- Williams y lo que me llamó mucho la atención es que cuando busco el origen de esta tierra rara que es el Holmiun y que ocupa la serie 6 y la etapa 13, me deslumbro al ver que su origen es Estocolmo, como el abuelo de Juan.