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La desaparición de un espacio

En la edición anterior me referí a lo nuevo en Ciencia y Tecnología relacionando los cambios que produce en la cotidianidad de nuestras vidas. Siguiendo esta línea editorial, es llamativo ver cómo esto incide en las relaciones personales de la gente, en la vida cotidiana. Digo esto porque hace unos días, mientras tomaba un café con un amigo, me encontraba muy próximo a una mesa con gente joven, doce personas sentadas alrededor de la misma, y lo llamativo era que hablaban solamente dos personas entre sí, el resto usaba el chat de celular para intercambiar mensajes. Posiblemente alguno de ellos lo hacía con gente que en ese momento no se encontraba en el lugar, pero lo interesante es que más de uno de esos chats tenía integrados en la charla dos o más miembros que se encontraban en la misma mesa.

Todo esto me llevó a pensar qué rol tenían las nuevas tecnologías para estas nuevas generaciones en donde las charlas ya no necesitan de una proximidad real, sino que adquieren otras cualidades del orden de lo virtual.

Recuerdo que mi generación utilizaba una charla de café con un amigo, muchas veces, para mitigar una angustia existencial ya sea por su escucha atenta o por su mirada o por una palabra en el momento justo o por su proximidad con nuestra desesperación.

Me preguntaba qué pasó con el rol que ocupaba la mirada, dónde está puesta la presencia del otro, esa mediatez que produce la imagen del chat y el anoticiarse de algunas cuestiones que muchas veces rayan con la instantaneidad de la imagen y que no dan lugar a lo reflexivo de un encuentro.

Tengo la sensación de que esto no es solo el cambio del discurso de los jóvenes de estos tiempos, con chats acotados, ni un simple cambio generacional, sino que este recurso hace hincapié en la desaparición de un espacio, que indica lo inmediato. Esto es bien interesante si pensamos el aumento, durante los últimos años, de patologías virales y cómo "el cuerpo se convierte en un no cuerpo, en una especie de máquina electrónica y virtual y los virus se apoderan" (Jean Baudrillard año 1987).

En otras patologías de consulta que tanto se ven en la actualidad, como el cáncer, aparece un cuerpo fractal entregado a la multiplicación de sus propias funciones externas que es entregado al mismo tiempo, a la desmultiplicación interna e irrepresible de sus propias células. Es como si el cuerpo sobreprotegido perdiera todas sus defensas.(Jean Baudrillard 1987). El increíble aumento en la consulta de enfermedades autoinmunes es otro elemento de esta serie en estos tiempos.

Esta idea produce una reflexión, para lo que me valgo de las palabras de Jean Baudrillard: "desaparece el espacio simbólico por la positividad de la mediatez de la imagen, al igual que el cuerpo social pierde sus defensas simbólicas naturales a medida que avanza la sofisticación tecnológica de sus prótesis."

La terapéutica que propone la medicina homeopática hace más de 200 años es transformar esa proximidad con lo real que produce la imagen, recuperando un nuevo orden simbólico para el sujeto.

Dr. Sergio Rozenholc

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