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El qué-hacer médico

Durante los últimos años, con cierto grado de preocupación, hemos detectado un incremento publicitario operado por un sistema de marketing médico encubierto, en donde se enuncian beneficios y descubrimientos para los pacientes, a través de las llamadas “certezas médicas” proclamadas por ciertos medicamentos. Los periódicos de mayor tirada del país difunden esta información mediante artículos médicos muy bien diseñados por periodistas especializados, que a diario muestran los adelantos en la medicina.

Tras este modelo globalizado, lo que sucede en realidad, es que el sistema médico logra medicalizar todo, desde que un individuo nace hasta que se muere, lo cual resulta muy cómodo, porque se le quita responsabilidad de encima al paciente; el acto médico se convierte en una especie de religión y los pacientes, sus fieles seguidores.

La enfermedad es un proceso lleno de sentido en la vida de la gente, y muchas veces es la maestra que nos viene a mostrar que tenemos que operar un cambio de rumbo en nuestro camino. Por lo tanto no todo en la existencia de un sujeto es medicable, comprender los diferentes momentos de crisis que atraviesa una persona es responsabilidad médica y saber que no todo tiene que ser medicado, también, por más angustia que nos trasmita un paciente.

Quiero en este 3 de diciembre, en que se festeja el día del médico, rendir homenaje a todos aquellos colegas que desde cualquier especialidad que transiten, no entran en el juego de medicalizar todo, que propone este mundo globalizado, y acompañan y sostienen a sus pacientes, en la diferentes crisis de la vida. Para todos ellos les dedico estas líneas.

Si yo no me hago cargo, quién.
Si tú te haces cargo, por qué.
Si él se hace cargo, por quién.
Si nosotros nos hacemos cargo, para qué.
Si vosotros os hacéis cargo, para quién.

Si ellos se hacen cargo, de quién.

Dr. Sergio Rozenholc

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