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Artículo 49

Esclerodermia: Morfea Generalizada

La esclerodermia es una enfermedad de etiología desconocida, pero en la actualidad se incluye dentro del modelo de las enfermedades de origen autoinmune. Se caracteriza por presentar alteraciones difusas en el tejido conectivo, lesiones vasculares y ciertas anormalidades inmunológicas.

La induración progresiva y esclerosis del tejido conectivo puede quedar circunscripta a la piel, caso este en el que se la llama Morfea. Entre sus variadas manifestaciones, se halla la denominada Morfea diseminada, que afecta con más frecuencia al sexo femenino entre la tercera y la quinta década de la vida.

Este tipo de patología desarrolla unas placas induradas rodeadas de un anillo violáceo (piel de elefante). Se diseminan a través del tórax superior, región mamaria, abdomen, y músculos. Presenta grandes dolores (artralgias) en codos, rodillas y manos, tienden a involucionar con atrofia y discromia en lapso de tres a cinco años.

Esta breve introducción de la esclerodermia denominada Morfea, la realicé para poder compartirles el caso de Martina, una mujer de 50 años que llega a la consulta con un diagnóstico de Morfea Generalizada y que tiene como antecedentes clínicos, un síndrome de Hashimoto medicado con Levotiroxina; Diabetes tipo 2, medicada con Metformina; además padece de insomnio, por lo que toma Clonazepam, y desde hace dos años padece de asma tratada con Seretide dos veces al día. Estos problemas bronquiales también estaban presentes durante su infancia y a lo largo de su vida, recibió muchos corticoides en las guardias médicas.

Como antecedentes quirúrgicos registra operación de vesícula biliar, amigdelectomía de niña y resección de un lóbulo de la tiroides, así como una menopausia temprana, a los 42 años y un soplo de la válvula Mitral, que refiere congénito. Ante este cuadro de situación, su médica dermatóloga le indicó Metrotexate por la esclerodermia y no le auguró un buen pronóstico.

Martina cuenta durante nuestro primer encuentro, que padece de Urticaria crónica idiopática desde hace tres años y dice también estar medicada por este tema. Pero la consulta la pide por lo que entiende que en la actualidad es lo más molesto que tenía, que eran sus manchas en la piel, de expresión generalizada y de gran tamaño, y sus dolores articulares, muy importantes. Le angustiaban estos, que eran prácticamente en todo el cuerpo y le habían tomado hasta los tobillos. Otras de las cosas que relataba era cansancio al subir las escaleras. Y que en los últimos años había subido más de 20 kilos de peso.

Fue una fumadora hasta los 40 años, edad en que lo dejó por completo.

Martina se presentó como una mujer cariñosa, amable y en su rostro denotaba mucho sufrimiento.

Preocupada por haber perdido su trabajo de contadora en relación de dependencia, manifestaba miedo al futuro por el tema económico.

Su primer marido la abandonó embarazada de su segundo hijo, al que le costó asumir la paternidad hasta hace poco. Por estos días empezó a seducir al hijo para que viviese con él, cosa que molestó muchísimo a Martina.

Relató un hecho traumático de ver morir a la tía electrocutada cortando el pasto.

Entre los síntomas generales observamos que es una mujer calurosa, de ingerir poco líquido en la vida diaria, pone mucha sal a las comidas.

En la actualidad vive con su segunda pareja.

Es hija única de padres que padecen demencia senil.

Por mis estudios con el Dr. Hamer, sabía que la esclerodermia tenía dos ingredientes que se repetían en todos los pacientes. Lo primero era un conflicto biológico de separación traumática de un ser querido y la segunda, un conflicto de desvalorización. Esta paciente reunía los dos ítems.

En estas circunstancias la mediqué con un medicamento homeopático y la volví a ver al mes de tratamiento. Martina había empeorado y la dermatóloga la había asustado con la sentencia de que esta situación no tenía vuelta atrás. Estaba muy asustada, entonces le cambié el medicamento y le pedí que me llamara si se sentía peor.

A los 15 días me llama y dice, desesperada, que las cosas van peor. Los dolores son mucho más fuertes, con lo que le pido que vuelva a verme y decido utilizar lo que hoy se llama un Dispositivo Ampliado. Indico hacer una Constelación Familiar (Hellinger) de su enfermedad y le cambio el remedio, a otro que se llama Rhus Tox. Elijo este medicamento por la cantidad de veces que aparecía la palabra esfuerzo, por su miedo al infortunio, a la muerte. Aparecen rasgos de su falta de confianza y el temor a perder su posición lucrativa y su fuerte disposición al trabajo de toda la vida.

La experiencia en este tipo de dispositivos hace que el paciente abra el juego de sus expectativas y la sorpresa del material reprimido que aparece, hace que el trabajo sea más fluido en estos procesos y el avance sea más rápido.

Al mes de tratamiento Martina cuenta que habían bajado mucho los dolores articulares, que la piel estaba menos problemática y que las cosas se venían transformando a pasos agigantados. Decidió comenzar un tratamiento con un especialista en Nutrición y esto también la puso feliz.

Un mes y medio más tarde de haber aumentado la potencia del medicamento, recibo a Martina, quien cuenta lo siguiente:

“Los dolores desaparecieron, la piel está mucho mejor, mi ánimo y mi espíritu es otro, ya ni siquiera recordaba esta forma de ser mía que hacía mucho tiempo no tenía. Dejé de tomar Metrotexate y también dejé los medicamentos para dormir, ahora descanso mejor. Dejé de tomar Metformina ya que se normalizó la glucemia y además, no tuve más sibilancias, con lo cual mejoró el cuadro respiratorio. En estos dos meses y medio, bajé 10 kilos; sé que me falta bastante pero tengo mucho entusiasmo por seguir con la dieta.” Dice que hace ejercicios físicos que le sirven para liberar cierta energía nociva en su vida.

Otro de los aspectos que marcan su transformación es el cambio de relación con los hijos, que fue muy elocuente.

En la actualidad su mejoría continúa, solo quedan manchas en la piel como si fuera una secuela de su historia, pero el bienestar general perdura y aparece una inquietud por conocer y trasmitir este tipo de experiencia e informarse, cosa que antes jamás hizo.

Quiero resaltar que, en enfermedades graves, la utilización de este tipo de dispositivo ampliado es muy importante para la mejoría total del paciente.

Dr. Sergio Rozenholc

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