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La Magia de la Vida

En su libro Neurocienciaficción, Rodrigo Quian Quiroga relata en un párrafo:

“Hace unos años invité a Miguel Ángel Gea, un gran mago y amigo, a dar una charla sobre magia en el aula repleta de mi universidad. Comenzó su exposición diciendo que los presentes eran académicos, personas muy cultas e inteligentes y, consecuentemente, muy fáciles de engañar. La reacción a coro fue de carcajadas y aplausos pero Gea hablaba muy en serio. Las personas inteligentes, continuó diciendo, constantemente hacen suposiciones sobre la realidad que los magos violan a gusto y placer en cada uno de sus trucos. De hecho, la magia para chicos es totalmente diferente que la magia para adultos; porque los chicos se detienen a mirar detalles que los adultos, con el tiempo, aprendimos a ignorar completamente.

Generalmente los magos tienden a no repetir el truco. Esto es porque al no saber que esperar, el espectador bombardeado de información que no llega a procesar del todo no sabe de antemano cuándo o hacia dónde enfocar su atención.

Harry Houdini, quien fue un escapista notable y quizás la personalidad más renombrada en el mundo de la magia, a principios del siglo XX propuso el siguiente desafío: si alguien le hacía un truco tres veces, cualquier truco, él iba a darse cuenta de cómo había sido hecho. En febrero de 1922, un joven mago llamado Dai Vernon, en aquel entonces totalmente desconocido aunque después sería considerado una de las grandes figuras de la magia, pidió a Houdini que eligiera una carta y la firmara. Luego introdujo la carta en el mazo, procedió a mezclar y, abracadabra, la carta elegida quedó arriba de todo. Perdió nuevamente la carta en el mazo, volvió a mezclar y la carta otra vez volvió aparecer arriba. Vernon repitió el truco siete veces y Houdini miraba asombrado sin tener la menor idea de cómo podía hacerlo.”

Esta propuesta del mago se asemeja mucho con el arte de un buen médico.

Muchas veces el paciente no registra el momento de su enfermedad ni cómo se produjo, ni que la desencadenó.

Aquí viene lo novedoso: la magia que realiza el médico en el desandar de una enfermedad grave, que consiste en “tender una ilusión semejante a la enfermedad” con lo que le permite al paciente desandar su propia historia de sufrimiento, y el factor sorpresa que lo deja al paciente sin percibir como fue realizado este arte.

El arte de tender una ilusión semejante a la enfermedad, la medicina lo realiza todo el tiempo y con muy buenos resultados, y los caminos que usa son los mismos que transitó el mago Vernon, siempre diferentes, puede ser por distintas estrategias como lo realiza la Homeopatía Unicista.

Dr. Sergio Mario Rozenholc

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Escritos

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